jueves, 28 de diciembre de 2006

Carta a mi princesa

Querida Princesa,

Las palabras no salen con facilidad, cómo trenzarlas para decir lo que se quiere nunca es fácil. Busco una manera de transmitir con ellas la ilusión de tenerte cerca, contagiarte con ellas, de algún modo, con la fantasía de tu presencia, para hacerte enfermar con un amor imposible, el que yo siento, fruto de la ilusión de vivir, y de la fuerza de la inocencia. Me gustaría saber la manera de conquistar eso que de ninguna manera puede ser conquistado, y aún así me emociono en el intento, que por más vueltas que le doy se me antoja en vano. No hay necesidad de explicar lo que siento, ni de agradecer lo que me das, pues de tantas veces repetidas, incluso las palabras más bellas se tornarían en tediosas y aburridas.

En esta carta no te diré más lo que siento, ni lo que quiero, te diré lo que ofrezco, que es todo, todo yo, con todo lo que comporta, sin miedo ninguno, no a esto ninguno, pero con ilusión toda. Entiendo que al ofrecer pido, de una u otra forma, algo que no me puedes dar, y lo entiendo, y lo acepto, pues más allá de estas letras ya no se que más hacer, ni que solución buscar. Con gusto haría las maletas, lo dejaría todo, para acercarme a mi, y poder verte, aunque fuera sin que tú me lo pidieras, en una arriesgada apuesta por hacer posible lo imposible. Pero no, de esta manera no deben ser las cosas, y a la vez que digo esto, las palabras de esperanza se tornan en palabras con un nuevo sentido, un significado que aúna alegría sincera, por tener cerca, aún estando lejos. Una vez escuché en algún sitio, que el amor es ofrecerse todo uno, sin límites, y espera que la persona amada te acepte, con todas sus consecuencias, y eso hago, y sigo haciendo en esta carta, lanzando palabras tan bellas como puedo, a una esperanza sin sentido, y lo sé.

Pero ya está bien de este loco juego cuyo resultado no veo que sea otro que el de cargarte con una carga que ni deseas ni mereces. Te tengo por amiga, y nada más puedo pedir, y de algún modo estás palabras son una despedida, pero nada triste, pues somos lo que siempre hemos sido, y lo que no puedo dejar de ser, tu amigo.

2 comentarios:

M.G.G. dijo...

Bonitos sentimientos y bonita forma de expresarlos. A veces en la vida tenemos que "aceptar" la realidad, ésta es una de ellas...
La amistad es el mejor regalo. Afortunado tú que tienes grandes amigos que te quieren y no te olvidan.
Desde la distancia te envuelvo en mi abrazo de más de 30 segundos...
Que el 2007 te traiga nuevos sueños que hacer realidad.
Besitos decierredeaño

Anónimo dijo...

No puedo evitar que me suene todo esto... parece tan triste... mejor decir esperanzado o desesperanzado, depende como lo mires. Bueno, me gusta que seas tan romantico; quiza en otra vida fuistes Becquer o parecido.
Yo siempre veo las cosas mucho mas simples; no puedo evitarlo. Pero aun asi, me alegro que tu seas de esta manera.
Deseo que algun dia te llegue esa princesa que tome copas de vino con petalos de rosa contigo.
Un gran abrazo y un beso.