Miedo sí, eso es lo que tengo, miedo a perder lo que tengo, miedo a merecer lo que quiero, o no merecerlo, miedo de no estar a la altura... ¿miedo?, ¿que eres?, miedo... No sé lo que eres, ni entiendo porque siento tu abrazo en días como hoy, porque vuelves a visitarme sin llamar primero, tengo miedo, y no entiendo.
Y soy feliz, no porque me guste tu compañía, sino porque me es tan valiosa, que no puede más que agradecer tu visita, el miedo es oscuridad, la sensación de no saber qué se esconde tras ella, miedo es creer que no tienes el control, pero lo tengo, y eso me lo recuerda el miedo precisamente, y por eso te agradezco tu compañía, y porque al miedo no le temo, sé que lo puedo vencer... y tengo la fuerza que me hace falta para ello, y no sólo te puedo vencer sino que en mi victoria veo lo que es oscuro, veo lo que me importa realmente, y hace que esté presente y preparado.
Miedo sí, tengo miedo, y el valor y la fuerza para vencerlo, y su regalo será maravilloso.
Miedo sí, tengo miedo, y soy feliz, porque lo tengo, lo uso, aprendo. Soy feliz porque lucho contra el miedo.
“Soy un hombre libre amando y aceptando, con voluntad y la mente abierta, soy consciente”